CARTAS DE LECTORES - LA NACION
Sr. Director:
MAESTRO
Creo que todos los que somos conscientes de nuestra imperfección como seres humanos, y los que, desde nuestro diminuto e insignificante lugar, ponemos cada día nuestro granito de arena para hacer de éste, en que vivimos, un mundo mejor y más justo, estamos muriendo un poco, con la muerte de JUAN PABLO II. Debemos darle las gracias por enseñarnos a morir.
Pero también y sobre todo, debemos agradecerle que en cada instante, por muy comprometido que fuere, continuó enseñándonos a vivir. Porque nos deja su obra, su ejemplo de vida, de paz, de lucha por el bien común y los derechos de las personas, de voluntad, de tenacidad, de convicción, de entrega; su ejemplo de amor por sus fieles, por su prójimo.
Hasta nos deja el ejemplo supremo de hacernos saber que es feliz, que no debemos llorarlo, sino honrarlo con nuestra propia felicidad. Parecería querernos decir que la separación será transitoria, que no estamos solos, ni somos completos, sino que por el contrario, formamos parte integrante de una vida mayor e infinita.
Alejandra Belmartino